Su vida
José Cadalso ha sido uno de los principales literatos de la historia española y la principal figura de la Ilustración de este país. Su originalidad le llevó además a escribir Cartas Marruecas, libro considerado como el introductor del género ensayístico en Europa.
José Cadalso y Vázquez nace en Cádiz, el 8 de octubre de 1741. Poeta y autor de sátiras. Fue, junto con Jovellanos, una de las figuras literarias más importantes del siglo XVIII, heredero del desengaño de Quevedo y Gracián.
Estudió en el colegio de los jesuitas en Cádiz y aprendió inglés, francés, alemán e italiano en sus frecuentes viajes por Europa. Regresó a Madrid en 1758.
Combatió en la campaña portuguesa de 1762 y fue nombrado caballero de Santiago en 1766; en ese mismo año conoció a Jovellanos. Se exilió en 1768 por ser el supuesto autor de un manuscrito que ofendía el honor de varias damas de la corte: el Calendario manual.
Durante los dos años siguientes escribió en su destierro de Aragón los poemas reunidos en Ocios de mi juventud (Salamanca, 1773), los mejores del libro fueron escritos en honor de «Filis», la actriz María Ignacia Ibáñez, que representó el personaje de doña Ava en la tragedia de Cadalso Don Sancho García en enero de 1771.
Cadalso amó a la Ibáñez hasta su muerte en abril de 1771.
Durante el año siguiente acudió puntualmente a la tertulia de la Fonda de San Sebastián en Madrid y publicó Los eruditos a la violeta y el Suplemento, sátira sobre la falsa sabiduría de los pedantes, que sin siquiera saber leer y sin estudiar mínimamente quieren opinar de todo y lo hacen con pretensiones. El libro se estructura a partir de unas «lecciones» de poesía, filosofía, leyes, matemáticas y otros temas.
Fue ascendido a coronel en 1782 y quince días después murió en el sitio de San Roque, el 26 de febrero de 1782.
El gran éxito de la sátira lo llevó a escribir Un buen militar a la violeta (1790). Pasó parte de los años 1773-1774 en Salamanca, donde conoció a Juan Meléndez Valdés. En ese lapso escribió sus mejores libros, Cartas marruecas (1793) y Noches lúgubres (1798), que aparecieron por entregas en el Correo de Madrid (1789-1790).
Su obra está probablemente muy influenciada por su infancia. Con su madre muerta en el parto, Cadalso fue un hombre que no vivió el afecto familiar y que no conoció a su padre hasta los diez años, en una breve visita a París.
Hubo otros sucesos trágicos que marcaron su vida. La pérdida de su herencia le condenó a alistarse en el ejército, algo que no entraba en sus planes previos. La muerte además de su amada le sumió en una profunda depresión que, sin embargo, le hizo intensificar sus relaciones con los integrantes de las tertulias, con ánimo de mantener la mente ocupada.
Su temprana muerte supuso además la interrupción de una obra que ya en vida le daba la categoría de gran literato.
La historia amorosa de Cadalso, su activo patriotismo, su atrevimiento crítico frente a las instituciones hipócritas lo hacen una figura imprescindible del prerromanticismo español.