LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS
Sinopsis
- Los cuatro jinetes del Apocalipsis
- Caballo blanco (Cabalgado por el jinete de la victoria)
- Caballo rojo (Cabalgado por el jinete de la guerra)
- Caballo negro (Cabalgado por el jinete del Hambre)
- Caballo bayo (Cabalgado por el jinete de la muerte)
Novela ambientada en el año 1914 en Francia que narra las vicisitudes de la Primera Guerra Mundial. El punto de vista es el de un natural de un país neutral aunque claramente decantado por el lado francés de los Triple Entente Aliados frente a Potencias Centrales Alemania. Debido a sus diferencias políticas, dos familias provenientes de un tronco común, los Desnoyers y los Von Hartrott, se enfrentan. Tras la muerte del patriarca, Julio Madariaga, los Hartrott se marchan a Alemania y los Desnoyers a Francia. Ambas familias terminan combatiendo en bandos opuestos en la Primera Guerra Mundial. La novela discurre ágilmente por los escenarios dantescos de una Europa rota, sobre cuyos desolados campos de batalla el gran vitalista que fue Blasco hace latir finalmente, salvaje e invencible, el deseo de vivir.
En la novela, la guerra es la cabalgata de los cuatro jinetes, la Guerra, el Hambre, la Peste y la Muerte, tal como aparecen en el grabado de Durero (I.v). Los cuatro jinetes amenazan con instaurar el reino de la Bestia, algo que Blasco ve como un fenómeno recurrente en la historia de la humanidad, un retorno a la barbarie, representada en este caso por Alemania. Blasco tuvo esta "visión" de los cuatro jinetes en París, y hará decir a su portavoz Tchernoff que la bestia nunca muere, todo lo más se oculta durante mucho tiempo (III.ii). El personaje principal es Julio Desnoyers. su padre Marcelo Desnoyers, republicano nacido en Francia, había huído a Argentina en la época del imperio, en 1870. Ahora, en 1914, Argentina es neutral y los Desnoyers, en principio ajenos al conflicto que se desarrolla en torno a ellos, se ven poco a poco ligados a la suerte de Francia por su mismo origen francés y por los lazos que se han creado en este país. La guerra divide a las familias argentinas Desnoyers y Hartrott, con miembros de las cuales han contraído matrimonio las hermanas Luisa (casada con Marcelo Desnoyers) y Elena (casada con Karl von Hartrott); ellas descienden de la unión entre Madariaga y una india, La China. Las familias Desnoyers y Hartrott proceden de Europa, de países rivales desde la guerra del 70. Los cabezas de familia, Marcelo y Karl, trabajaban para Madariaga, propietario de una inmensa hacienda en una Argentina medio salvaje. Madariaga es un patriarca a la antigua, que puebla la hacienda con sus propios hijos, a la vez que un hombre en estado natural fuera de la sociedad (su apodo es "el centauro"). El nacionalismo no tiene sentido en su mundo. En la familia Hartrott encontramos una empresa destinada a explotar las conquistas del país, y dos vástagos, primos de Julio Desnoyers: un militar, el capitán, y un teorizador, el profesor. Las teorías racistas y belicistas de éste son un exponente de la brutalidad de la ideología alemana: "la guerra es un hecho necesario para la salud de la humanidad", arguye; su visión de la historia es fascista, y ve en la Revolución Francesa un triunfo celta que debe deshacerse. Hay aquí un control sutil de la emoción por parte del autor, con una apariencia de presentación objetiva. Nadie responde al primo alemán para rebatirle, pero el lector se indigna. Argensola, nietzscheano individualista, es quien comprende los móviles egoístas de Alemania, mientras Julio Desnoyers duda. Julio Desnoyers, hijo de Marcelo Desnoyers y Luisa, es un individuo sin conciencia nacional. La posición de su padre le ha permitido vivir como un nuevo rico. Su vida de pintor bohemio y bailarín de tangos lo convierte en el corolario del individualismo, la pasión y el egoísmo. Su hermana Chichi emparejará con René, mientras Julio rivaliza por Margarita con Laurier. Margarita se nos presenta inicialmente como un personaje superficial y egocéntrico. Con el estallido de la guerra, los Desnoyers sufren diversas influencias. Por una parte, Desnoyers desea proteger su propiedad. Ve la brutalidad alemana, y sufre remordimientos por haber desertado en el año 70. Por otra parte, desaparece la vida social y sexual que llevaba Julio antes de la guerra. La sociedad se ha transformado: el hombre refinado y de complicaciones espirituales se ha hundido, ahora sube a la superficie como triunfador el hombre simple, que sabe obedecer. Son las mujeres quienes ponen el baremo mediante el éxito sexual: se pirran por los uniformes y los galones. Margarita vuelve con Laurier sintiendo la llamada del deber. En efecto, Blasco encuentra que a través de la vanidad de las mujeres hacia los uniformes y los galones se está manifestando un sentimiento más profundo: las mujeres están sintiendo la llamada del deber igual que los hombres. En Los cuatro jinetes del Apocalipsis, la guerra es una situación límite en la que hay que renunciar al amor, a la familia, a la conciencia de clase misma, que era un móvil tan fuerte en las primeras novelas de Blasco. Los obreros socialistas van a la guerra cantando "La Marsellesa", y la encuentran de un igualitarismo muy bello, "Todos con la mochila a la espalda y comiendo rancho". El aspecto superficial de la envidia a los uniformes y las medallas, la gloria militar, se rechaza al final ante la evidencia de la muerte, pero permanece la convicción de que esa muerte nunca es en vano.
Son los cuatro caballeros que se describen en la primera parte del capítulo sexto del Apocalipsis. El capítulo habla de un pergamino en la mano derecha de Dios que está sellado con siete sellos, en ese escenario Jesús abre los primeros cuatro sellos de los siete, liberando a estas bestias que montan en caballos blanco, rojo, negro y uno bayo. Según la exégesis representan y son figura de la victoria, la guerra, el hambre y la muerte, respectivamente, aunque sólo a este último se le designa por este nombre.1Apocalipsis 6:1-8 Aunque los jinetes aparecen brevemente en el libro, su importancia radica en la cantidad de representaciones artísticas y generalmente en la influencia que tuvieron sobre la cultura occidental.
Cuando abrió el primer sello, oí al primer ser viviente, que decía: Ven. Miré y vi un caballo blanco, y el que montaba sobre él tenía un arco, y le fue dada una corona, y salió vencedor. San Ireneo y San Juan Crisóstomo sostienen que el arquero montado sobre el caballo blanco es la triunfante propagación del Evangelio; una expansión que triunfa gracias al apoyo político. El padre Castellani lo deja claro al interpretar que en la Monarquía Cristiana, la Christianitas, el orden romano convertido a la ortodoxia cristiana. Portar un arco, un arma para alcanzar grandes distancias, es representación de lo que hicieron los reinos cristianos, apoyando y llevando la evangelización a pueblos lejanos. Como ejemplo de lo predicho aconteció el bautismo de los pueblos germanos y eslavos o la evangelización de América. Salió "a vencer", esas victorias, son las victorias de Constantino, de Teodosio, de Carlos Martel. Aquellos que afianzaron y construyeron sobre el antiguo orden romano, la Romanitas, el orden cristiano que perduró desde Constantino hasta el emperador Carlos V. Leonardo Castellani, El Apokalipsis, 2005. Pg.105 El milenio que después es narrado en la parte final del Apocalipsis. Defienden esta idea José Antonio Fortea en su libro Daemoniacum o el padre Emmanuel André en su obra: El drama del fin de los tiempos. Los otros tres jinetes representan a las fuerzas del mal, destructiva, y dada la manera unificada en la que los cuatro se introducen y se describen, puede ser más probable que el primer jinete es, en consecuencia El Mal. El alemán Stuttgarter Erklärungsbibel lo pone en la guerra civil y luchas internas. Una interpretación, que se llevó a cabo por el evangelista Billy Graham representa el jinete del caballo blanco como el Anticristo, o una representación de los falsos profetas. Puede representar a Satanás.
Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente que decía: "Ven". Entonces salió otro caballo, rojo; al que lo montaba se le concedió quitar de la tierra la paz para que se degollaran unos a otros; se le dió una espada grande. El padre Castellani consigna que desposeída la monarquía cristiana de su existencia vienen tiempos "guerra o rumores de guerra" Mt 24,6 como dice Jesucristo. Y añade más diciendo que esto "es el comienzo de los dolores" Mt 24,8 pero "aún no es el fin". Mt 24,6 Benedicto XV en 1917 declaró: "Jamás hasta ahora se había visto en el mundo la guerra como institución permanente de toda la humanidad". Y ya Castellani advierte que viendo dos guerras mundiales parece como si el mundo se preparase para una tercera.
Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: "Ven". Miré, y vi un caballo negro. El que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: «Dos libras de trigo por un denario y seis libras de cebada por un denario, pero no dañes el aceite ni el vino. El tercer jinete monta un caballo negro y se entiende generalmente como la hambruna. El jinete lleva un par de balanzas o básculas de pesaje, lo que indica la forma en que el pan que se haya pesado durante una hambruna. De los cuatro hombres a caballo, el caballo negro y su jinete son los únicos cuya aparición se acompaña de una pronunciación vocal. Juan oye una voz, no identificada, pero procedentes de los cuatro seres vivientes, que habla de los precios del trigo y la cebada, también se dice "y no hagas daño el aceite y el vino." Esto sugiere que el hambre del caballo negro es el de aumentar el precio del grano, pero dejar los suministros de petróleo y el vino no afectados. Una explicación de esto es que los cultivos de cereales hubiera sido más natural susceptible a años de hambruna de olivos y vides, que la raíz más profunda; la declaración también podría sugerir una continua abundancia de lujos para los alimentos básicos, mientras que tales ricos como el pan son escasos, aunque no totalmente agotadas. Por otra parte, la preservación de aceite y el vino podría simbolizar la preservación de los fieles cristianos, que utiliza aceite y vino en sus sacramentos. Otra interpretación basada en Ezequiel 45:13 es que el trigo y la cebada representan la contribución de la gente a sacrificar al templo de las tradiciones judías de edad cuando el templo de Salomón se levantó. La escala representa el equilibrio y la medida de la contribución de la gente, con el fin de distribuirlo por igual entre las 12 tribus. Sin embargo, uno de los cuatro seres vivientes dice que va a costar el salario de un día para obtener la cebada y el trigo. Por lo tanto, el jinete se utilice su escala para distribuir igualmente un días de salario entre las naciones, resultando con un tercio del Templo, pero no es dañar ungido de Dios y de su riqueza.
Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: "Ven". Miré, y vi un caballo bayo. El que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades lo seguía: y les fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad y con las fieras de la tierra. El cuarto y último jinete se llama muerte. De todos los jinetes, es el único a quien el propio texto explícitamente da un nombre. Todavía otros se aplican los nombres de "pestilencia" o "peste" a este caballero, sobre la base de traducciones alternativas de la Biblia (como la Biblia de Jerusalén). A diferencia de los otros tres, no se describe con un arma u objeto, en lugar de eso se sigue por Hades. Sin embargo, las ilustraciones de este muestran principalmente que lleva una guadaña (como la Parca). El color del caballo de la Muerte se escribe como khlôros (χλωρóς) en la koiné original griego, que a menudo se traduce como "pálida", aunque "cenicienta", "verde claro", y "verde amarillento" son otras posibles interpretaciones, por esto es que hay interpretaciones en las que el color puede ser gris, verde, amarillo pero siempre un color indicando la palidez enfermiza de un cadáver. El comienzo verso "se les dio poder sobre la cuarta parte de la tierra" puede referirse únicamente a la Muerte y el Hades, o puede resumir el papel de los cuatro jinetes, los estudiosos no están de acuerdo en este punto.